Esta historia parece sacada de un capítulo de CSI mezclado con Animal Planet, pero fue 100% real. Un tipo con una extraña obsesión por los reptiles convirtió su casa en un santuario (ilegal) de serpientes venenosas… hasta que el final fue tan obvio como trágico.
1. Tenía 140 serpientes en casa… y dormía con varias como si fueran almohadas
El protagonista de esta historia era un hombre aparentemente “normal” de Maryland, Estados Unidos. Vivía solo, y su pasión eran las serpientes. Pero no estamos hablando de tener una o dos como mascota. No, este hombre tenía más de 140 ejemplares —muchas de ellas extremadamente venenosas— distribuidas por toda su casa. Algunas dormían en su cama, literalmente. Según contaron sus amigos, las trataba como perros: las acariciaba, les hablaba y hasta les ponía nombres tiernos como “Sofi” o “Nugget”. Solo que un mal paso con estas “mascotas” y te despiertas en el otro mundo.

2. Las tenía sueltas por la casa como si fueran mascotas domésticas cualquiera
Nada de terrarios ni encierros con vidrio grueso. Este hombre confiaba tanto en sus reptiles que les daba libertad total para moverse por la casa. Las serpientes estaban en los sofás, el baño, la cocina… incluso se las vio en videos personales subiendo escaleras y deslizándose por debajo de puertas. Los visitantes (cuando aún recibía alguno) debían caminar mirando al suelo, al techo, y a todos lados al mismo tiempo para no pisar una víbora por accidente. Básicamente, vivir ahí era como jugar al modo difícil de Resident Evil, pero sin opción de salvar partida.

3. Los vecinos se dieron cuenta por el olor a zoológico abandonado
No fue una denuncia por ruido, ni por animales escapados. Fue el hedor. Los vecinos empezaron a notar un olor nauseabundo que salía de la casa. Uno dijo que parecía “un zoológico con cadáveres”. Tras varios días sin ver al hombre, la policía decidió entrar. Lo que encontraron fue una escena que hizo vomitar a uno de los oficiales: jaulas improvisadas, serpientes sueltas, excrementos por todas partes, y un silencio sepulcral. El dueño yacía muerto en el suelo, y a su alrededor, varias serpientes seguían deslizándose como si nada.

4. Tenía una mamba negra… una de las serpientes más letales del planeta
Entre las 140 criaturas, las autoridades encontraron una mamba negra, considerada una de las serpientes más venenosas del mundo. Una mordida puede matarte en menos de 20 minutos. Pero al parecer, este tipo la tenía “por estética”. Según los expertos, era un milagro que no hubiera matado a alguien antes. La policía preguntó a sus conocidos por qué la tenía, y uno respondió: “Decía que era elegante, como una pantera del desierto… pero versión serpiente”. Lamentablemente, la elegancia no fue suficiente para mantener la situación bajo control.

5. Convertir su casa en un ecosistema tropical ilegal fue parte de su ‘plan de vida’
No era un improvisado. El hombre había instalado un sistema de calefacción, humidificadores y lámparas especiales en toda su casa para simular el hábitat natural de cada especie. Su obsesión llegó a tal punto que modificó la instalación eléctrica para soportar el gasto energético que eso implicaba. ¿El problema? No tenía NINGUNA licencia para tener especies exóticas. Básicamente, había montado un pequeño zoológico clandestino con criaturas que podrían haber causado una tragedia de dimensiones bíblicas.

6. Murió por la mordida de una cobra egipcia que él mismo había criado
El final fue trágico, pero completamente predecible. Tras varios días sin contacto, la policía entró a la casa y lo encontró sin vida. Según el informe forense, fue mordido por una cobra egipcia, y falleció por paro respiratorio. No había antídoto cerca. Estaba solo. Las cámaras de seguridad internas (sí, también tenía eso) mostraron que intentó agarrar a la serpiente y esta lo mordió dos veces. Se sentó en el sofá, esperó el efecto… y nunca más se levantó.
7. La policía necesitó más de tres días para sacar todas las serpientes del lugar
Este fue el peor trabajo para el escuadrón de control de animales. Algunos expertos dijeron que era como meterse en un “infierno herpetológico”. Las serpientes estaban en los ductos de ventilación, bajo el suelo de madera, incluso una fue encontrada en el cajón de los cubiertos. Los agentes usaron trajes especializados y cajas con triple seguridad. Algunas serpientes fueron entregadas a zoológicos, otras a centros de rescate… y varias quedaron sin destino claro porque ni siquiera estaban registradas en ninguna base de datos.
🐍 Bonus: El tipo era fan de Harry Potter… pero se olvidó que no era Slytherin de verdad