1. RuneScape: el juego donde puedes ganar dinero… si tienes paciencia de hierro
Para muchos, RuneScape es un simple MMORPG viejo. Pero para miles de venezolanos, era una mina de oro virtual. Literalmente. Se dedicaban a farmear oro, pescar langostas o cortar árboles… ¡y venderlo a jugadores de otros países por dólares reales!

2. Mientras en otros países lo jugaban por diversión, en Venezuela era cuestión de supervivencia
En plena crisis del bolívar, con inflación galopante y escasez de alimentos, los jugadores venezolanos encontraban en RuneScape una fuente de ingreso más estable que cualquier empleo formal.
3. El “trabajo” consistía en hacer tareas repetitivas por horas
Cortar y vender yew logs, pescar tiburones, minar ores. El grindeo eterno. ¿Divertido? No tanto. ¿Productivo? Para muchos, sí. Conectaban durante 8, 10 o más horas al día como si fuera un trabajo remoto (sin prestaciones, pero con comida asegurada).

4. Los jugadores extranjeros empezaron a notar la avalancha de “bot-like” latinos
Muchos foros de RuneScape se llenaron de quejas sobre «latinos que solo farmean» o «venden oro todo el día». Pero detrás de esas cuentas había una historia de necesidad y supervivencia, no bots ni granjas automatizadas.
5. Algunos lograban ganar más que un médico en bolívares
Un jugador podía sacar entre $5 y $20 al día vendiendo recursos. Parece poco… pero en bolívares eso era una fortuna. Muchos mantenían a sus familias con lo que obtenían desde un cibercafé o una laptop prestada.

6. Jagex intentó banearlos… pero la comunidad terminó solidarizándose
La empresa detrás del juego intentó frenar la venta de oro y baneó miles de cuentas, pero los usuarios comenzaron a defender a los venezolanos y pedirles donaciones directas dentro del juego. RuneScape pasó de MMORPG a crisis humanitaria virtual.
7. Años después, algunos aún viven de RuneScape y enseñan a otros cómo hacerlo
La situación mejoró un poco, pero aún hay quienes viven de RuneScape. Algunos incluso dan “tutorías”, crean contenido o enseñan a otros a farmear eficientemente. Lo que empezó como una emergencia, se volvió una microeconomía estable.
Bonus: RuneScape le ganó al FMI, al salario mínimo y al hambre… con espadas pixeladas.
Si te gustó este artículo, ya sabes: la próxima vez que veas a un jugador vendiendo oro en un juego, tal vez esté salvando una familia en la vida real.